Una modelo sexy y brasileña
Hay una belleza de la pureza y una belleza del mestizaje. En la primera, el ADN de la raza parece permanecer intacto, embelesado por su propia belleza, Narciso de una imagen limpia de adherencias y contaminaciones. En la segunda, el ADN es un crisol en el que se funden y alean metales diversos. Aquí se insinúa una veta de uno; allí, el fulgor repentino de otro. Esta belleza es una belleza misteriosa e intrigante, una belleza que traspasa barreras culturales y se convierte en símbolo perfecto de lo que es la historia del ser humano: un ir y venir de gentes de vienen y van desde y hacia diferentes lugares mezclándose entre sí y dejando para mañana el fruto a veces hermoso de su mestizaje.
A este tipo de belleza pertenece la que actualmente, y tras la retirada de la bella Gisele Bündchen del mundo de las pasarelas, figura como la modelo mejor pagada del mundo. Esa modelo cumplió 34 años hace ahora una semana (nació el 12 de junio de 1981) y su nombre, Adriana Lima, es toda una referencia en el universo de las top models internacionales.
En el cuerpo escultural de Adriana Lima, en la belleza de su rostro, en su melena castaño oscuro, en su 1,78 de estatura, en sus labios carnosos y, sobre todo, en esos ojos suyos en los que uno no sabe en qué momento el gris deja de ser gris para convertirse en una cascada de celeste verdoso, se funden cuatro metales: uno viene de Francia, otro de Portugal, otro de Norteamérica y el último y quizás definitivo, del Mar Caribe. Si existe un prototipo único e inmejorable de la belleza mestiza ése sería, pues, el de la bella Adriana Lima.
En Adriana Lima encontramos una mixtura perfecta entre romanticismo y pasión. Adriana Lima puede ser esa mujer con la que paseamos de la mano por un malecón de una ciudad caribeña, sí, románticos y entregados, buscando las palabras adecuadas para pedirle matrimonio. Ese romanticismo casi decimonónico y hasta un poco ñoño es el que nos puede inspirar la mirada de Adriana Lima, esa mirada en ocasiones tan cercana a la inocencia, tan limpia, tan de niña que aún sueña con la llegada de un príncipe que, ¿por qué no?, bien podríamos ser nosotros.
Pero Adriana Lima, hija perfecta del Caribe, puede ser también una digna representante de ese tipo de mujer que siempre hemos asociado al Mar Caribe: apasionada, ardiente y lujuriosa; una mujer que coloca entre sus prioridades vitales la de disfrutar de su cuerpo, esa maravilla de aloe y aguacate y arena y sal con el que soñamos cuando soñamos con lo que debería ser follar en el paraíso. Miramos las fotografías de Adriana Lima y enseguida empezamos a soñar con Adriana Lima desnuda. La vemos caminar sobre la pasarela, luciendo sus alas de ángel de Victoria’s Secret, felina y seductora, y nos resulta inevitable no pensar, al ver la seducción que derrochan esos movimientos, en Adriana Lima follando.
Nos entregamos a ese pensamiento mientras nos dejamos llevar por nuestra sucia imaginación, que nos lleva a un rincón indeterminado en el que los labios de Adriana Lima se entretienen jugueteando con nuestro pene inflamado, mamándolo con delectación, y reconocemos que, en ese aspecto, no somos demasiado originales. Después de todo, seguramente ese pensamiento ya afloró a la mente de los directivos de la agencia de modelos Elite cuando, a mediados de los 90, ofrecieron un contrato de representación a una Adriana Lima que, con apenas dieciséis años, se marchó de su Brasil natal para marchar a Nueva York, paso imprescindible hacia la gloria en el mundo del modelaje.
Atrás quedaba su Salvador de Bahía natal. Atrás sus orígenes humildes. No olvidaría esos orígenes Adriana Lima, como lo demuestra el hecho de que actualmente realice colaboraciones y ayude financieramente a Caminhos da Luz, el orfanato de su pueblo, junto al que jugaba de niña; pero el mundo de la fama la estaba esperando al igual que esperaba o había esperado a otras bellezas brasileñas. Isabeli Fontana, Ana Beatriz Barros o Fernanda Tavares son algunas de las mujeres brasileñas que, junto a Adriana Lima y más allá de la monumental Bündchen, han dejado el sello de la belleza de la mujer brasileña sobre las pasarelas de todo el mundo.
Adriana Lima dejó Salvador de Bahía para convertirse en portada de revistas como Harper’s Bazaar, Elle, Vogue, Marie Claire, GQ o Esquire, o para convertirse en el rostro y en el cuerpo perfecto para anunciar marcas como Armani, Valentino, Versace, Givenchy, Desigual o Christian Dior.
Es ese cuerpo, el cuerpo perfecto y escultural de Adriana Lima, el que nos quita el sueño. Es el culo de Adriana Lima, el culo preferiblemente en pompa de Adriana Lima el que se nos ofrece para que entremos en él con todo el respeto con el que se entra en los templos, el que nos desvela. Son los labios de Adriana Lima (los labios mamones de Adriana Lima) los que, entre las sombras de nuestra noche solitaria, insinúan la soberbia mamada de las mejores felatrices. Es Adriana Lima desnuda quien nos enmaraña ese sueño que no podemos conciliar abandonándonos desesperados a un insomnio de masturbación apresurada y deseo insatisfecho.
Para satisfacer ese deseo insatisfecho renunciamos a la paja rápida y frustrante, a la gayola vicaria, y buscamos entre el amplio catálogo de mujeres que girlsbcn.tv nos ofrece a la mujer que mejor se adapte a esa belleza mestiza que buscamos siguiendo la estela de tu cuerpo inalcanzable. No tardamos en hallarla en girlsbcn.tv, pues en girlsbcn.tv podemos encontrar un sinfín de guapas, ardientes y cariñosas mujeres que, haciendo honor al prototipo de la belleza hija del mestizaje, ésa que tan excelentemente representa Adriana Lima, nuestro sueño incumplido, no nos dejarán con la miel en los labios.