Aunar erotismo y poesía visual no está al alcance de cualquiera. Para que ese matrimonio se consume hay que tener una manera especial de mirar y concebir el cuerpo desnudo. El artista que es capaz de establecer esa difícil alianza debe conseguir, a priori, una doble tarea que se nos antoja extremadamente complicada: la de despojar de la evidente invitación a la práctica sexual el cuerpo desnudo de la mujer y la de convertir dicho cuerpo en un elemento casi arquitectónico o escultórico que debe ser moldeado o construido para, en la obra de arte, transmitir una imagen de sensualidad sin procacidad y de erotismo sin lujuria.
El fotógrafo ucraniano Andrew Lucas es uno de esos fotógrafos. Basta con contemplar una pequeña muestra de sus fotografías eróticas para hacerse una idea de la originalidad y la calidad del trabajo de este excepcional fotógrafo.
Lo primero que hay que destacar al contemplar las fotografías eróticas de Andrew Lucas es su depurada técnica, su sentido exquisito del equilibrio, su elegancia, su finura y la maravillosa armonía que parece invadir todas y cada una de sus fotografías.
En las imágenes eróticas de Andrew Lucas se observa un gran trabajo previo de planificación. Ninguna fotografía erótica de Andrew Lucas parece surgida del azar. Todo en ellas está medido hasta el último detalle y, a pesar de ello, las imágenes eróticas del fotógrafo ucraniano escapan al riesgo que puede afectar a todas las imágenes planificadas en exceso: el de resultar excesivamente frías y desprovistas de emotividad.
¿Cómo consigue Andrew Lucas que unas imágenes tan preparadas y medidas transmitan la sensación de cálido erotismo que transmiten y escapen al cepo de esa frialdad que podría convertirlas en fruto malogrado de un erotismo en exceso planificado? En gran parte, introduciendo en dichas fotos un toque de fetichismo que parece hacer brotar ante los ojos del espectador una parte del alma de las modelos fotografiadas.
La fotografía erótica de Andrew Lucas se convierte en una especie de poesía visual del erotismo que él escribe con las posibilidades técnicas que le ofrece la NikonD80 con la que siempre trabaja.
La elegancia del desnudo de las mujeres fotografiadas por Andrew Lucas se enmarca en paisajes tanto naturales como artificiales. Bien sea sobre el espejo de un lago, sobre la extensión salina y calcinada de un desierto, sobre el verdor fulgurante de un prado o sobre el escenario suburbano y desolado de una estación de metro, las mujeres fotografiadas por Andrew Lucas se nos aparecen como enigmas a los que tuviéramos que dar respuesta y a los que tuviéramos que llenar de contenido.
En muchas ocasiones, las fotografías eróticas de Andrew Lucas parecen erigirse en el punto final de una historia cuyo argumento desconocemos y que debemos inventar a partir de los pocos datos y las muchas sugerencias que Lucas introduce en esa obra de arte en la que se convierte cada una de sus fotografías.
Ése, el de buscar el argumento que dé sentido a esa imagen y la justifique como parte fundamental de ese relato, puede ser un buen entretenimiento para todo aquella persona que se disponga a disfrutar de la contemplación de una fotografía erótica de Andrew Lucas.
Aquí te ofrecemos varias de esas fotografías para que eches a volar tu imaginación y, dejándote llevar por tu capacidad de fabulación erótica, seas capas de concebir la historia que dé sentido a todas estas sugerentes imágenes que llevan el sello de la elegancia y el saber hacer de ese fantástico fotógrafo que es Andrew Lucas.