Cada época de la historia tiene su propia definición de lo que es el erotismo y de lo que es la pornografía. Cada época, también, tiene sus propios canales para expresar una cosa o la otra. La nuestra es la época de las redes sociales. Y éstas, lógicamente, no son ajenas ni a lo erótico ni a lo porno. ¿Cómo reaccionan ante una cosa o la otra? ¿Qué relación guardan erotismo y redes sociales? De la respuesta a estas preguntas trata este post.
Para empezar, diremos que la convivencia entre una cosa y la otra, entre erotismo y redes sociales, no es habitualmente una convivencia fácil y no parece que vaya a mejorar. Ya lo hemos visto en nuestro artículo sobre la censura de lo erótico en Instagram.
Y es que las redes sociales más populares iniciaron hace ya tiempo una dura cruzada contra el erotismo. La iniciativa de Facebook de modificar sus normas comunitarias y de introducir criterios a la hora de valorar imágenes como el “propósito” de las mismas fue en su momento toda una señal de que las redes sociales rechazan por principio todo lo que suene a erotismo y, por supuesto, a pornografía.
La modificación de las normas comunitarias de la red social más universalmente conocida ha hecho que se considere terminantemente prohibido compartir contenido porno o cualquier otro contenido de carácter sexual.
Una actitud completamente diferente es la que adopta la red OnlyFans. Esta plataforma, fundada en 2016, fundamenta su popularidad y su esencia como red precisamente en el imperio de lo erótico.
En este post vamos a contrastar la forma de comportarse de ambas redes sociales frente al erotismo.
Erotismo y redes sociales: Facebook y contenidos inapropiados
La cruzada que Facebook inició contra el porno y lo erótico se fundamenta en el intento de eliminar de la red todos aquellos contenidos que se consideren “inapropiados”.
La ambigüedad del concepto “inapropiado” parece demasiado evidente como para que justifique las medidas que Facebook acostumbra a utilizar cuando detecta alguno de estos contenidos inapropiados: la eliminación no sólo de dichos contenidos sino también de la cuenta en que dicho contenido ha aparecido.
El término “contenido inapropiado” hace que sea pertinente el planteamiento de una duda: ¿dónde se coloca la línea que separa lo que se considera apropiado y lo que no? Esta ambigüedad ha hecho que, por ejemplo, el famoso cuadro de Gustave Coubert El origen del mundo fuera eliminado de la cuenta de un profesor de arte.
Dicho cuadro muestra el pubis de una mujer. ¿Implica eso que no puede publicarse una fotografía de la Venus de Milo o del David de Miguel Ángel? Seguramente no. ¿Por qué se considera, pues, inapropiada una obra de arte como el cuadro de Coubert? Este cuadro, al ser eliminado por Facebook, ¿debe ser considerado pornografía? ¿Hasta qué punto puede llegar la censura de facebook?
Estas preguntas no pueden tener una respuesta clara ya que la eliminación o no de un contenido se fundamenta en ese concepto ambiguo que ya hemos remarcado. Y cuando la ambigüedad es la base sobre la que deben asentarse las decisiones lo lógico es que éstas se muestren, de vez en cuando, un tanto absurdas.
Facebook y las imágenes de pechos
Por ejemplo: Facebook eliminó en su momento una fotografía del fotógrafo de Elche Benya Acame en la que aparecía la modelo Malú Galeote. La imagen mostraba a Galeote desnuda de cintura para arriba. Operada de una mastectomía, el fotógrafo y su modelo mostraban los efectos de una operación de esas caracerísticas.
El extremo de la ridiculez llegó cuando Facebook eliminó una fotografía de una mujer tomando un baño en una bañera. La mujer, fotografiada de perfil, tenía los brazos apoyados en el borde de la bañera. La famosa red social confundió el codo enrojecido de la mujer con un pezón. Eso bastó para eliminar la fotografía de sus contenidos.
Y es que el pezón, según la modificación de la normativa de publicación de contenidos, es importante: el pezón se basta y se sobra para imposibilitar la publicación de la foto de un pecho. Éste, de hecho, sólo podrá ser mostrado cuando está ejerciendo la función que la lactancia le tiene reservada.
Es decir: el pecho tiene cabida en Facebook como mama, como órgano específicamente propio de los mamíferos y de su función natural de amamantar a las crías humanas. Por el contrario, nada del andamiaje erótico que el hombre ha izado alrededor del pecho femenino tiene cabida, al parecer, en los contenidos de la red social creada por Mark Zuckerberg.
Quejarse de las medidas que Facebook toma cuando se encuentra con un contenido que considera inapropiado tiene algo de pataleta estéril. Hay quien ha intentado denunciar a la red acudiendo a los juzgados ordinarios de su localidad. Esto no tiene resultado alguno ya que hay algo que el usuario no acostumbra a saber y que está recogido en una cláusula de las sección 15 de la “Declaración de derechos y responsabilidades” de esta red social.
Dicha cláusula indica que el usuario, al iniciar la sesión, acepta el hecho de que sólo los tribunales de justicia del estado de California de los Estados Unidos (lugar en el que se encuentra la sede del monstruo de las redes sociales) son competentes para tratar asuntos judiciales que tengan que ver con la protesta del usuario contra la eliminación de contenidos considerados inapropiados por la empresa californiana.
OnlyFans: la red social del contenido erótico
La actitud de la plataforma Only Fans es, por su parte, muy diferente a la de la red creada por Zuckerberg. Esta cada vez más popular red social se nutre, precisamente, de lo erótico.
¿Qué es OnlyFans? Básicamente, una plataforma en la que confluyen creadores que monetizan o quieren monetizar su profesión y sus creaciones y personas que, simple y llanamente, se dedican a vender contenido erótico en línea.
Creada en 2016 por el empresario británico Tim Stokely y con sede en Londres, esta red social de contenido erótico cuenta en la actualidad con más de 130 millones de usuarios.
Los usuarios de este site pueden pagar por el contenido (fotos, vídeos o transmisiones en directo), pueden gestionar una membresía mensual o pueden contribuir con reproducciones.
Que sea un medio de sustento para muchas personas no ha hecho sino incrementar la popularidad de esta red social. De hecho, no son pocas las personas que han renunciado a trabajos precarios para dedicarse en exclusividad a la generación y venta de contenidos para adultos.
La pandemia de COVID y las medidas de aislamiento obligatorio impulsadas por muchos gobiernos sirvieron de alguna manera para incrementar el número de personas que encontraron en OnlyFans una forma de ganar dinero.
El que la gente pueda vender contenido erótico o, directamente, pornográfico a través de este sitio ha hecho que muchas personas cataloguen la actividad que se desarrolla en torno a esta red social como prostitución virtual.
Este tipo de críticas y, sobre todo, la presión de sus socios proveedores de servicios bancarios y de pagos llevaron a la plataforma a prohibir las escenas de sexo explícito en sus contenidos.
Para dar un nuevo impulso a la plataforma se ha potenciado la inclusión en la misma de contenidos que nada tienen que ver con lo porno como pueden ser cursos de maquillaje, cocina o de rutinas de fitness y otros ejercicios físicos.