El arte siempre ha fijado su vista en el cuerpo humano. Incluso cuando era tachado de pecaminoso. Son muchos los pintores y escultores que a lo largo de la historia se han ocupado de plasmar el desnudo. La fotografía, desde su nacimiento, no ha sido ajena a dicho impulso. Son muchos los fotógrafos que, a lo largo de la historia de este arte, han convertido el desnudo en tema prioritario de su obra.
El nacimiento de la fotografía, planteó un dilema especial a la sociedad en general y a los moralistas de turno en particular. La imagen fotográfica de un desnudo, siendo más real que la pictórica o la escultórica, fue considerada más cercana a la obscenidad. Más sucia. Eso hizo que, de buenas a primeras, la fotografía de desnudos fuese considerada algo más sexual, más pornográfico y, por tanto, menos artístico.
Han hecho falta muchos años y mucha cultura para que la gente empiece a miara la fotografía erótica como una plasmación artística. En este artículo queremos realizar un breve repaso de la historia de la fotografía erótica para rendir homenaje a quienes han hecho posible ese cambio de paradigma mental respecto a la fotografías de desnudos.
Primeros pasos de la fotografía erótica
Como hemos indicado anteriormente, ya desde su nacimiento la fotografía fijó su mirada (al igual que lo habían hecho antes otras formas artísticas) en el cuerpo desnudo de la mujer y, en menor medida, del hombre.
Si queremos destacar un nombre como el del iniciador de la fotografía erótica deberíamos destacar el de Louis Jackes Daguerre. El inventor del daguerrotipo se dedicó a fotografiar esculturas de yeso. Esas esculturas hacían referencia a las Tres Gracias. Los motivos por los que Daguerre fotografió esculturas de yeso y no mujeres de carne y hueso son dos. Por un lado, el daguerrotipo necesitaba un alto tiempo de exposición para realizar una toma fotográfica y por otro no abundaban las modelos que estuvieran dispuestas a desnudarse ante un fotógrafo.
El camino iniciado por Daguerre fue seguido por Felix Jacques Antoine Moulin, daguerrotipista parisino que se especializó en la fotografía de desnudos. Su obra, calificada como indescriptiblemente obscena, le costó en 1851 el estar un mes en prisión.
Prostitutas y bailarinas
La progresiva popularidad de la fotografía hizo que poco a poco fueran apareciendo mujeres que se atrevían posar para los fotógrafos y que se dejaban fotografiar por ellos. Estas primeras modelos de la historia de la fotografía erótica eran, fundamentalmente, prostitutas y bailarinas, aunque también aparecían de tanto en tanto por los estudios de los fotógrafos jóvenes que, a cambio de dinero, se dejaban fotografiar desnudas.
En las primeras fotografías eróticas las modelos adoptaban las poses que habían caracterizado a las mujeres que aparecían en la pintura y la escultura clásica. Esas dos bellas artes eran en las que la fotografía, que avanzaba a tientas hacia la búsqueda de un lenguaje propio, fijaba su mirada y tomaba su inspiración. Así, era fácil ver en esas fotografías a muchachas jugando en el campo y a mujeres estiradas en elegantes divanes.
Entre la clandestinidad y la permisividad
En estos años de los que hablamos, la fotografía de cuerpos desnudos era considerado algo obsceno y, por tanto, se practicaba en la clandestinidad. Los precios de las fotografías eróticas eran elevados y quienes las compraban eran, por tanto, miembros de la media y de la alta burguesía.
Para dejar atrás la clandestinidad, las fotografías de desnudos empezaron a comercializarse como si fueran piezas de estudio científico-anatómico. Sin embargo, la frontera que separaba este tipo de fotografía (aceptaba legalmente) y lo pornográfico (ilegal en la Francia de la época) era muy fina. Eso provocaba que los daguerrotipos eróticos fueran, en muchos casos, anónimos. Los daguerrotipistas no se atrevían a firmarlos.
El perfeccionamiento de la fotografía en papel y del negativo de placa de vidrio, acaecido a mediados del siglo XIX, supuso un duro golpe para los daguerrotipistas. Ese perfeccionamiento de la fotografía en papel permitía la reproducción fotográfica en masa, lo que ayudó al auge de la fotografía en general y de la fotografía erótica en particular.
Fotografía erótica y cambio de siglo
Fue a finales del siglo XIX cuando la fotografía erótico-pornográfica llegó al Reino Unido. Para burlar a la policía victoriana, tan estricta en asuntos de moral, quienes querían poseer fotografías pornográficas se suscribían a un sistema postal.
Durante estos años, previos al cambio de siglo, algunos fotógrafos de desnudos intentaron dar a sus fotos de desnudos un aire pictórico. Entre estos fotógrafos pictoralistas hay que destacar a Alfred Stieglitz y a Robert Demachy. Gracias a ellos pudieron verse por vez primera algunas fotografías eróticas en determinadas exposiciones.
La llegada del siglo XX y el fin de la censura del erotismo en Europa ayudó al éxito y expansión de la fotografía erótica durante el primer tercio del nuevo siglo.
Fotografía erótica moderna
Avanzado el siglo XX, los clubs de cámara y la publicación de revistas como la hiperfamosa Playboy dieron un impulso decisivo a la fotografía erótica. Aunque aún quedaban fotógrafos que intentaban dar un aire marcadamente pictórico a sus creaciones, muchos otros intentaban buscar, ya, un lenguaje propio. Nombres como los de Helmut Newton (con sus fotografías eróticas tan bellas como glamourosas) o David Hamilton (que fotografiaba adolescente para crear fotografías eróticas que tenían un aire ingenuamente romántico) empezaron a brillar con luz propia en la historia de la fotografía en general y en la de la fotografía erótica en particular.
El toque artístico incorporado a la fotografía por fotógrafos como Jan Saudek, Spancer Tunick o Herb Ritts permitió la salida de la clandestinidad de la fotografía erótica y su llegada a exposiciones y museos.
En la actualidad, nadie duda ya que una fotografía erótica es o puede ser, perfectamente, una obra de arte. Para convencerse de ello basta con contemplar, por ejemplo, una fotografía de Nabusyoshi Araki o una obra de Andrew Lucas. Rendirse a la belleza de esas imágenes es inevitable. Es por eso por lo que en este blog dedicado al erotismo hemos prestado y prestamos una especial atención a la fotografía erótica y a sus autores.