Erotismo o pornografía
Nunca sonará a novedoso que la obra de un fotógrafo erótico sea tachada de pornográfica. Después de todo, la discusión sobre lo que es erotismo y lo que es pornografía es una discusión sin fin. Cada cierto tiempo algún teórico o algún artista se descuelga con alguna declaración, artículo u obra en la que se intenta delimitar lo que puede ser considerado erótico y lo que es catalogado como pornográfico. Una de las últimas declaraciones respecto a las diferencias existentes entre ambos conceptos es la que el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa (y novelista que de manera más o menos constante ha ido volviendo al tema del erotismo en algunas de sus novelas) ha vertido recientemente.
El Nobel peruano, que en un artículo escrito en 2009 y titulado La desaparición de erotismo, definió al erotismo como “la desanimalización del amor físico, su conversión, a lo largo del tiempo y gracias al progreso de la libertad y la influencia de la cultura y las artes en la vida privada, de mera satisfacción de una pulsión instintiva en un quehacer creativo y compartido que prolonga y sublima el placer físico rodeándolo de rituales y refinamientos que llegan a convertirlo en obra de arte”, ha declarado que la pornografía no es otra cosa que “un erotismo mal escrito”.
Si tuviéramos que llevar esto al terreno de la imagen fotográfica, ¿cuándo podríamos hablar de fotografía erótica y cuándo de fotografía pornográfica? ¿Es pornográfico Günter Rössler? ¿Lo es Vee Speers? ¿Hay pornografía en las imágenes coloreadas y decadentes de Jan Saudek? Para nosotros, sin duda, no. Ninguna de esas fotografías, a nuestro pensar, parecen “mal escritas”. Como tampoco lo están las imágenes de Elle Von Unwerth o Bettina Rheims, por mucha provocación que pueda existir en las imágenes de estas dos magníficas fotógrafas eróticas. En todos los casos citados, y sirviéndonos de las palabras de Vargas Llosa, se constata un tratamiento artístico de esa pulsión instintiva que nos lleva a admirar o a desear el cuerpo de la mujer. En todos estos casos hay un trabajo creativo y en todos se impone una forma de mirar que, después de todo, no deja de ser la forma de mirar del fotógrafo de turno.
El resultado de esa forma de mirar particular de cada uno de los fotógrafos eróticos son unas imágenes que en algunas ocasiones han sido tachadas de pornográficas por algunos gobiernos, instancias culturales, críticos moralistas, etc. Dejando de lado la injusticia que pueda suponer el catalogar lo pornográfico como algo negativo, vamos a centrarnos en admirar las fotografías realizadas por un prolífico y actual fotógrafo ruso que también ha sido tachado alguna vez como autor de fotografías pornográficas: Igor Koshelev.
Igor Koshelev es, junto a Vladislav Spivak, Sonia Szóstak o Sergey Sivyakov, una de las miradas eróticas más conocidas de los países del Este. Nacido en San Petersburgo, Igor Koshelev pertenece a esa nueva generación de artistas que han convertido las plataformas sociales en un medio para dar a conocer su obra. Presente en Facebook, en Instagram o en Tumbrl, la página oficial de Igor Koshelev (eng.igorkoshelev.ru/works/) es una ventana abierta a la sensualidad, un despliegue de bellas fotografías eróticas que pueden servirnos para conocer mejor la obra de este prolífico autor.
Al asomarnos a la página oficial de Igor Koshelev nos asomamos a una fotografía erótica en la que la combinación de la natural sensualidad femenina con el tratamiento magnífico de la luz convierte las fotografías eróticas de Igor Koshelev en un despliegue de elegancia. En blanco y negro o en color, la fotografía erótica de Igor Koshelev consigue lo que sólo los mejores fotógrafos eróticos consiguen: convertir el cuerpo de la mujer en una especie de paisaje que es mirado por el espectador con una actitud que está a medio camino entre el respeto que siempre causa la belleza natural y el deseo que nunca deja de despertar en nosotros el cuerpo de una bella mujer desnuda.
Y es que las mujeres que Igor Koshelev elige para protagonizar sus imágenes son, todas, mujeres bellas. Bellas mujeres rusas. Koshelev no escoge a la mujer corriente y moliente para protagonizar sus imágenes. En las fotografías eróticas de Igor Koshelev no contemplaremos nunca a alguna de aquellas mujeres que llenaban las fotografías de Saudek con la rotundidad de sus nalgas, sus pechos y sus caderas. Encontraremos, sí, senos grandes y pequeños, glúteos más redondeados o más respingones, mujeres rubias y mujeres morenas, pero no encontraremos ni una leve muestra de obesidad. Los cuerpos de las modelos que posan en las fotografías eróticas de Igor Koshelev son cuerpos moldeados, cuerpos estilizados, cuerpos de bellas mujeres que nos seducen con su pose y su manera de mostrar a las claras que se encuentran en el momento idóneo de sus vidas para gozar de su sexualidad y que exhiben con orgullo su cuerpo.
En este artículo te mostramos algunas de las fotografías eróticas realizadas por Igor Koshelev. En su web-tienda on line podrás encontrar muchas más. Contemplar algunas de esas fotos pueden servirnos para reflexionar sobre lo que es o no es erotismo y sobre lo que es o no es pornografía. Nosotros, si nos atenemos a las declaraciones de Mario Vargas Llosa, pensamos que las fotografías creadas por Igor Koshelev son, claramente, fotografía erótica. Están bien escritas.