El modelo Eyes Wide Shut
Es inevitable que ciertos vocablos hagan acudir a nuestra memoria ciertas imágenes que un día quedaron grabadas en nuestras retinas. Procedentes del mundo de la cinematografía o imaginadas gracias al incentivo que para la imaginación siempre supone la literatura, esas imágenes se convierten un poco en el símbolo de dicho vocablo, en su representación gráfica.
Por ejemplo: si pronunciamos la palabra orgía no tardaremos en sentir cómo, procedentes de algún lugar de nuestro cerebro (quizás de aquél en el que se almacenan los recuerdos; tal vez de aquél en que se fragua lo imaginable) acuden prestas un par de imágenes que podrían convertirse en representación perfecta de ese tipo de imágenes de las que hablábamos y que no son otras que las imágenes que tienen encarnadura de simbólicas, las que se convierten en ilustración perfecta de un concepto o, cuanto menos, de lo que ese concepto nos sugiere. En este caso concreto, en el caso de la palabra orgía, una de esas imágenes sería sin la de algunas bacantes luciendo sus encantos entre una serie de hombres togados que, en un palacio griego o romano, gozan no sólo de los servicios sexuales de dichas bacantes, sino también de todo tipo de manjares y bebidas.
Otra de las imágenes que, sin duda, acude a nuestra mente cuando nombramos la palabra orgía es la de Tom Cruise y Nicole Kidman paseando enmascarados por los suntuosos salones de una mansión ubicada en un extraño lugar, Somerton, siguiendo las indicaciones del guión de Eyes Wide Shut, la última película del director estadounidense Stanley Kubrick (autor de grandes títulos de la historia del cine como Espartaco, Lolita, 2001: una odisea del espacio, La naranja metálica o El resplandor). En Eyes Wide Shut, Kubrick mostró una imagen glamourosa y elitista de lo que puede llegar a ser una orgía. Los participantes en las orgías de Somerton pertenecen a la élite neoyorquina y esa pertenencia a la élite (así como opulencia del espacio en que se celebraban las orgías recogidas en el film de Kubrick) concedía al concepto de orgía, tal y como la rodó Kubrick, una pátina de glamour que iba a hacer fortuna.
Máscaras venecianas, elegantes ropajes, ceremonias llenas de misterio y elegancia… todo eso iba a quedar asociado, gracias a la maestría y a la imaginación del cineasta neoyorquino, al concepto de orgía. Si Tinto Brass había filmado en 1979 lo que podía ser una orgía romana prototípica al rodar la polémica Calígula, Kubrick filmó lo que podríamos llamar la orgía VIP, es decir, aquella orgía en la que el glamour y lo ritual se convierten, junto al sexo, en elementos imprescindibles del evento.
Orgía al estilo Emma Sayle
Esta concepción glamourosa de lo que es una orgía puede ser considerada la semilla más directa de una empresa que, fundada por Emma Sayle, amiga íntima de Kate Middleton, duquesa de Cambridge, se ha convertido en toda una referencia al hablar de orgías con glamour. Dicha empresa recibe el nombre de Killing Kittens y está dedicada a la organización de “fiestas exclusivas para la gente más guapa, rica y famosa -la élite sexual- para que exploren sus más salvajes deseos y sus más íntimas fantasías”.
Gracias a esta empresa, y al punto de encuentro que la página web de la misma supone para los casi 40.000 usuarios que killingkittens.com tiene en la actualidad, son muchas las mujeres que pueden tomar sus propias decisiones a la hora de celebrar una orgía que tendrá muy poco de bacanal y sí mucho de encuentro liberal en el que se cuida hasta el último detalle para que las mujeres, que pueden acudir solas o en pareja (los hombres sólo pueden acudir en pareja), sean quienes elijan qué se hace, con quién y hasta qué punto. En este sentido, Killing Kittens sólo pretende cumplir a rajatabla uno de sus principios fundacionales: el de reivindicar la búsqueda del placer femenino.
Emma Sayle, que fue relaciones públicas en la noche ibicenca y que pudo comprobar de primera mano hasta qué punto las mujeres se convertían en simples objetos puestos al servicio del placer de unos hombres que gobernaban el mundo, decidió en una de esas fiestas ibicencas que la búsqueda del placer femenino debía convertirse en objetivo prioritario a alcanzar por una empresa, Killing Kittens, cuyo nombre (matanza de gatitos) está inspirado en una vieja leyenda puritana británica en la que se afirma que “cada vez que una mujer se masturba, Dios mata un gatito”. Las chicas y las parejas deben servirse de Killing Kittens para explorar su sexualidad de una forma atrevida y, a la vez, segura y controlada.
Elitismo y privacidad
Si algo tenía claro Emma Sayle a la hora de fundar Killing Kittens era que el concepto de elitismo debía convertirse en sello identificador de la empresa recién creada. Para conseguir que fuera así, Killing Kittens debía extremar las exigencias a la hora de seleccionar y aceptar a aquellas personas que fueran a participar en cualquiera de las orgías VIP organizadas por la empresa de Emma Sayle.
En el primer filtro de Killing Kittens se pide edad, estudios, fotografía y otros datos secundarios como pueden ser la altura, el color del pelo, el peso, etc. Superado este primer filtro, el usuario o usuaria de Killing Kittens (el 80% de los usuarios de esta web son mujeres) puede contactar con otros miembros del grupo. Ese contacto permitirá al usuari@ enviar besos y mensajes a otros usuari@s y participar en chats (hay dos, uno general y otro más subido de tono). También podrá, llegado a este punto, elegir algunos de los eventos u orgías VIP organizados por Killing Kittens.
El elitismo de las orgías VIP organizadas por Killing Kittens no se deriva sólo del estatus social de los participantes en las mismas. También se deriva del entorno en que dichas orgías se celebran. En su página web Killing Kittens lo explica de una manera sumamente gráfica: un ático neoyorquino o un yate en Saint Tropez pueden convertirse en el espacio físico que acoja una orgía VIP.
¿Qué tipos de eventos eróticos son los que organiza Killing Kittens? Los eventos u orgías VIP organizadas por Killing Kittens son muy variados y de muchos precios. Una chica soltera puede asistir a uno de estos eventos en España (Sayle ha abierto delegación en Madrid) por 50 euros. Las parejas, por su parte, pagan hasta 140 euros por asistir a una de estas orgías VIP.
La privacidad es uno de los valores fundamentales que Killing Kittens intenta cuidar al máximo a la hora de celebrar estos eventos en los que acostumbran a acudir entre 30 o 50 personas. La experiencia británica demuestra hasta qué punto la privacidad es un valor irrenunciable de esta empresa. Desde hace años se rumorea que a los eventos que Killing Kittens organiza en Gran Bretaña acuden políticos y modelos, pero nunca ha trascendido ni un solo nombre. Tampoco ninguna imagen. Los móviles deben quedar a la entrada para que nada de lo suceda dentro del lugar elegido para su celebración trascienda más allá de sus paredes.
¿Hay siempre sexo en un evento de Killing Kittens? No necesariamente. Dependerá de los participantes. Mejor dicho: dependerá de las participantes. No hay que olvidar nunca que la mujer es, en los eventos sexuales organizados por Emma Sayle, quienes tienen la última palabra. Ellas deciden si quieren tener sexo con una pareja, con una mujer, con la pareja de otra mujer, con la novia o la esposa de un hombre…
¿Quién puede acudir a uno de estos eventos? Sólo quien Killing Kittens decida. Los datos recogidos por el equipo de Killing Kittens sobre l@s usuari@s y las fotos de l@s mism@s servirán para seleccionar a las personas que deseen acudir a una de estas orgías VIP. La organización de Killing Kittens no acepta hombres mayores de 45 años ni tampoco calvos o gordos.