No hay obra en que se nombre a los libertinos y no aparezca, tarde o temprano, el nombre de Pierre Choderlos de Laclos, autor francés nacido en 1741 en Amiens y fallecido en Tarento en 1803. Oficial de artillería, de formación y carácter pragmático y racionalista, laureado como miembro del ejército napoleónico en los mejores del tiempo de éste, cuando aún quedaban lejos y resultaban inimaginables la derrota de Waterloo y Napoleón Bonaparte era el dueño de toda Europa, Pierre Choderlos de Laclos fue el autor de la que fue considerada, en su tiempo, una obra extremadamente inmoral, erótica y licenciosa: Las amistades peligrosas.
Las amistades peligrosas, obra editada en 1782, es una obra epistolar compuesta por una serie de cartas que se escriben entre sí y de manera cruzada una serie de personajes (concretamente seis) que son, a su vez, los protagonistas de las historias que se van contando. En el hecho de ser una novela epistolar se nota que Las amistades peligrosas es una obra hija de su tiempo, pues en aquellos años que rodearon al estallido de lo que históricamente se ha conocido como Revolución Francesa era muy habitual que muchos autores recurrieran al género epistolar para estructurar la novela o la historia que deseaban escribir.
Pero Las amistades peligrosas no es solo una hija de su tiempo por eso. También lo es porque estaba inspirada en las ideas de un filósofo capital para entender lo que fue la época de la Ilustración: Jean-Jacques Rousseau. Rousseau, filósofo de cabecera de muchas de las mentes burguesas que, en un principio, empezaron apoyando una reforma del sistema del Antiguo Régimen que acabó convirtiéndose en revolución, había defendido en sus escritos la idea de que la sociedad y el moverse en determinados ambientes sociales son los principales responsables de la perversión del individuo. Y esta idea, en el fondo, es la que, en el fondo, es la razón última que lleva a Pierre Choderlos de Laclos a escribir Las amistades peligrosas.
Y es que Las amistades peligrosas es, ante todo, una novela moralista, una especie de historia que Pierre Choderlos de Laclos finiquita, como si de una fábula se tratara, con algo así como una moraleja. Los personajes y las historias que se cuentan son, sin duda, excitantes. Y excitantes son también las relaciones que se establecen entre ellos. No en vano, el mundo que Pierre Choderlos de Laclos retrata es el mundo galante de la sociedad aristocrática previa a la Revolución. El mundo retratado en Las amistades peligrosas es un mundo glamouroso presidido en todo momento por la seducción y el placer. El universo dibujado por Pierre Choderlos de Laclos en Las amistades peligrosas es un mundo de hombres y mujeres que buscan el placer y que camuflan ese placer dionisíaco tras artificios de carácter sentimental y tras un velo de sentimientos en ocasiones verdaderamente sentidos, muchas veces fingidos.
Una de las grandes virtudes de Las amistades peligrosas al escribir Las amistades peligrosas es dibujar personajes que, lejos de ser personajes de una pieza, sin contrastes ni aristas, son personajes que, como si fueran seres humanos de carne y hueso, tienen luces y sombras, defectos y virtudes. Y esa virtud de Pierre Choderlos de Laclos se hace más grande todavía cuando la percepción de esas luces y sombras por nuestra parte no se hace a partir de lo que el autor nos cuenta directamente, sino a partir de lo que vamos descubriendo como lectores en las cartas que van escribiendo los protagonistas de Las amistades peligrosas.
La historia que se cuenta
Del argumento de esta fantástica novela de Pierre Choderlos de Laclos poco puede contarse que no se sepa. Ha sido llevada al cine en más de una ocasión y el director Stephen Frears realizó en 1988 una versión cinematográfica, de la que hablaremos posteriormente, que fue muy exitosa en su tiempo. Solo apuntaremos aquí que se trata, en el fondo, de una especie de reto entre el vizconde de Valmont y la marquesa de Merteuil. Antiguos amantes y seductores por naturaleza, el vizconde y la marquesa se retan a realizar hazañas de conquista sin tener en cuenta sentimiento alguno.
La conquista por la conquista sin empeñar en ella el corazón: ése es el objetivo de los dos protagonistas principales de Las amistades peligrosas. Víctimas de ese reto son madame de Tourvel (mujer religiosa y sencilla), Cecile de Volanges, y el caballero Danceny. En el centro de toda esta telaraña de relaciones cruzadas se halla la que es, seguramente, el personaje más inmoral de toda la novela de Pierre Choderlos de Laclos, la marquesa de Merteuil, una mujer que en todo momento se revela como una auténtica manipuladora y hacedora de encuentros y desencuentros. No revelaremos aquí el final de Las amistades peligrosas. Sólo diremos una cosa: los protagonistas de la misma, en mayor o menor medida, serán castigados por su inmoralidad.
Las amistades peligrosas es, sin duda, una de las obras cumbre de la literatura libertina, ya que pocas obras expresan, como ella, esa exploración de los límites de los sentimientos y la ética que, en el fondo, realiza todo libertino. Y el vizconde de Valmont y la marquesa de Merteuil son, sin duda, los perfectos libertinos.
Reeditada en múltiples ocasiones tras su publicación, algunas de las reediciones de Las amistades peligrosas gozaron del privilegio de haber sido ilustradas. Destacaron especialmente en este sentido una edición de 1796 y, posteriormente, una realizada por el gran ilustrador Georges Barbier.
Las amistades peligrosas, la película
Como hemos indicado anteriormente, en 1988, Stephen Frears, basándose en un guión de Christopher Hampton sobre la novela original de Pierre Choderlos de Laclos, realizó una versión cinematográfica de Las amistades peligrosas. Protagonizada por dos actores de la talla de Glenn Close, que interpretó el papel de la marquesa de Marteuil, y de John Malkovich, a quien correspondió dar cuerpo y rostro al vizconde de Valmont, en esta versión cinematográfica participaron también grandes estrellas del cine como Michelle Pfeiffer, Uma Thurman, Keanu Reeves, Swoosie Kurtz, Valerie Gogan o Laura Benson, entre otras.
Las amistades peligrosas de Stephen Frears fue un éxito de taquilla y de crítica. La tórrida y libertina historia que se cuenta en la novela y en el film, contada de una manera fresca y, al mismo modo, elegante en un instante, a finales de la década de los ochenta, en el que el erotismo cinematográfico gozaba de gran predicamento en las taquillas, ayudó a convertir este film erótico en todo un bombazo. Reconocida en los premios BAFTA, la adaptación cinematográfica de Las amistades peligrosas ganó 3 Óscar.
Actualmente, Las amistades peligrosas está considerada una obra maestra del cine erótico. Nosotros animamos a todas las personas a verla (del mismo modo que invitamos a todos a leer la novela) y a profundizar más allá de la vistosidad de las imágenes, de los vestidos y del glamour de sus protagonistas. Si alguien desea descubrir cómo era el mundo de los libertinos solo tiene que asomarse a este film y mirar.