¿El sexo que las parejas normales practican en su intimidad… es igual que el que se contemplaen las peliculas porno que en la vida real? O dicho de otra manera: ¿es igual el sexo real que lo que las cámaras nos muestran en un film XXX? Y aún más: ¿Debe serlo? ¿Es deseable que lo sea? ¿Es positivo para la pareja? ¿Le ayuda a sentirse más unidos y felices?
No hay duda que mirar una película porno es una buena manera de erotizarse, de entrar en calor, de ponerse a punto. Pero cuidado. Que no nos sirva de ejemplo sobre lo que debemos y no debemos hacer. Tomar un porno film y lo que se muestra en él como modelo a seguir en las relaciones sexuales es una perfecta manera de avanzar a pasos agigantados hacia la frustración.
Deberíamos saber y asumir que el cine es cine. Del mismo modo que no creemos que Superman exista ni que un extraterrestre pueda extraviarse para esconderse en nuestra cocina, jugar con nuestros hijos y echar sus bicicletas a volar, no deberíamos creer que lo que se observa en las películas porno es la plasmación real de lo que es el encuentro sexual habitual entre un hombre y una mujer.
En este artículo vamos a analizar diversos aspectos que, tomados de forma individual o en su conjunto, pueden ser causantes de que la traslación (o el mero intento de traslación) de lo que se observa en el cine XXX a la vida de pareja provoque, con demasiada frecuencia, dolorosas frustraciones.
Tamaño de los genitales masculinos
Para empezar, y para evitar frustraciones, complejos y sentimientos de vergüenza injustificados, hay que hablar del tamaño de los atributos genitales de los actores porno.
Lo primero que hay que pensar antes de ponerse a buscar instrumentos, medicaciones o juguetes eróticos para aumentar el tamaño del pene o a informarse sobre las técnicas quirúrgicas que permitan el incremento de dicha medida, es que el actor porno lo es por poseer un talento especial.
Ese talento se fundamenta en el hecho de tener un pene de un tamaño superior a la media. No hay que poseer un pene como el de Nacho Vidal o Rocco Siffredi para ser un buen amante.
Un pene normal es aquel que, en estado de erección, está entre los 12 y los 15 cm de largo. Un pene menor de 12 centímetros podría considerarse pequeño. El súper pene sería aquél que mide 19 cm o más. Rocco Siffredi y Nacho Vidal juegan en esta liga. No hace falta pertenecer a ella para disfrutar del deporte.
Tampoco hace falta tener una eyaculación especialmente abundante para disfrutar del sexo. Todos hemos visto en algunas películas cómo hay penes que comienzan a vomitar un río de semen que parece no tener fin.
Entre 1,5 mililitros y 5 mililitros es el volumen normal de semen de una eyaculación, pero se pueden alcanzar los 15 ml. El nivel de excitación y el tiempo de abstinencia sexual previa influyen en dicho volumen, así como la alimentación y algunos factores personales.
Volvemos a lo mismo que lo apuntado anteriormente: el actor porno es actor porno por algo. Del mismo modo que, seguramente y llegado el caso, no tendrías facultades para transmitir con la misma verosimilitud con que lo hizo Marlon Brando la personalidad de Vito Corleone en El Padrino; no debes empeñarte en rociar de semen unos pechos exuberantes. Confórmate con salpicarlos un poquito. El placer de dicha eyaculación, en el fondo, será semejante.
Peliculas porno y preliminares sexuales
Otro aspecto que hay que evitar trasladar del encuentro sexual de la peli porno a la realidad es el que hace referencia al ritmo y desarrollo de los acontecimientos. En el porno no hay calentamiento. Nada que tenga que ver con el cortejo aparece en este tipo de cine.
En la realidad, las cosas suceden habitualmente poco a poco, se van tejiendo complicidades entre las dos personas y el deseo va infiltrándose lentamente en una relación que vira hacia lo sexual.
En la vida real es difícil que se pueda dar esa situación tan habitual en las películas porno gratis (o en las de pago) en las que hombre y mujer van directamente al grano de lo sexual. En el cine XXX, el saludo del hombre y la mujer da paso, casi sin solución de continuidad, a la felación o al cunnilingus.
En la vida real se necesita un poquito más de tiempo. Algo más. Se han recortados los tiempos respecto a generaciones anteriores, pero ese tiempo, salvo excepciones, sigue existiendo.
Si conoces a una chica que te gusta y pretendes actuar como un actor porno, yendo al grano directamente, es probable que te lleves un bofetón, una patada en salvas sean las partes o un pequeño chorro de gas pimienta en los ojos.
Tríos y posturas sexuales
Es fundamental que recuerdes en todo momento (por grande que sea el deseo y por aturdida que tengas tus neuronas por la descarga de hormonas propia de él) que trasladar los modos de comportamiento cinematográficos a la vida real sólo puede traerte problemas.
Por ejemplo: en el género cinematográfico del que estamos hablando es muy habitual la formación de tríos. Éstos se forman de manera natural y sencilla. En el acto sexual propio del género no existen los celos y, así, es fácil compartir pareja o ser compartido.
Aunque la idea del trío pueda resultarte muy excitante y atractiva (de hecho figura entre las fantasías eróticas más comunes) procura no hacértelo con una amiga de tu pareja con la idea de que ella, tu pareja, os sorprenda en pleno acto sexual.
Maleado psicológicamente por la visión de tanto film que se parapeta tras el cartel de películas de sexo real o de sexo casero real en la que aparece un trío originado a partir de la situación descrita, puedes pensar que tu pareja, repentinamente excitada sexualmente por la visión de verte follando con su mejor amiga, se unirá a vosotros, inflamada de deseo, intercambiando besos y caricias alternativamente contigo y con su amiga.
Si intentas trasladar esa situación, tan habitual en las películas XXX, a la vida real, es probable que pierdas a tu pareja.
Otra cosa que puedes perder si deseas trasladar lo observado en una peli de estas características a la vida sexual real es la salud muscular. Un tirón o una rotura fibrilar pueden ser la consecuencia lógica de intentar emular alguna de esas posturas sexuales acrobáticas que actores y actrices porno adoptan en sus actos sexuales.
Dejando de lado la preparación física de actores y actrices (hay una tarea de gimnasio nada despreciable detrás de alguno de esos cuerpos tan deseables), piensa en si, verdaderamente, alguna de esas posturas ayudan a incrementar una sensación placentera durante el acto sexual o, por el contrario, lo convierten en algo casi heroico.
Si crees que dichas posturas eróticas pueden proporcionarte un extra de fogosidad y placer, prueba a realizarlas. Eso sí, ten cerca de ti algún gel antiinflamatorio o un potecito de Reflex. Quien avisa no es traidor y la lumbalgia acecha a los contorsionistas aficionados. Y piensa que, después de todo, el acto sexual no es un examen de Kama Sutra. Todo puede ser mucho más sencillo y placentero.
En los últimos años han surgido diversas iniciativas y corrientes para rodar un porno que sea diferente al que habitualmente se contempla in stremaing. Entre las iniciativas individuales podemos destacar las de Erika Lust y entre las corrientes, la del porno feminista y también la del postporno.