Obvia sexualidad
Hay mujeres ante las que es imposible no pensar en sexo. En esas mujeres, la sexualidad es algo que parece manar de cada uno de los poros de su piel para impregnarlo todo. Sin matices. Sin paliativos. Más allá de la edad que posean, estas mujeres llevan la procacidad en el rostro y la cachondez en la sonrisa. Cuando, además, mezclan esa obviedad sexual con un algo de falsa inocencia, estas mujeres se convierten en una tentación a la que resulta imposible resistirse.
Rita Ora, la cantante, compositora, actriz y modelo británica de origen kosovar, es una de esas mujeres. Natural de Pristina (hoy Kosovo), Rita Ora se nos aparece como esa chica a la que hemos conocido en la discoteca y a la que tenemos la necesidad imperiosa de llevar cuanto antes al asiento trasero de nuestro coche. No será la más guapa, seguramente, que podamos encontrar en la pista ni bailando sobre la barra. Tampoco será la más elegante. Pero pocas tendrán la capacidad que ella tiene para clavar en nosotros su mirada y colocarnos a sus pies y a su merced.
Rita Ora no es una de esas bellezas que vemos una y otra vez en las revistas o en los carteles de las tiendas de moda. Rita Ora no es la mujer que a simple vista ya parece inaccesible y con la que a apenas nos atrevemos a soñar. En el atractivo de Rita Ora hay un algo barriobajero, un toque lumpen de joven de barrio que trabaja de cajera en un supermercado y que encuentra en el sexo la mejor manera de redimirse de un ambiente no demasiado glamouroso.
Carnalidad desbocada
En Rita Ora vemos la carnalidad de la mujer de carne y hueso. Rita Ora podrá no ser un ángel de pasarela, pero cada uno de sus pasos deja tras de sí una invitación a la lujuria. Rita Ora nos mira y parece decirnos “vamos al almacén, majo, que tengo ganas de macho”.
Rita Ora es la joven que tiene que hacer esfuerzos para mantener su peso idóneo, la mujer que al menor despiste con los azúcares y las grasas saturadas tiende a las redondeces, el cuerpo mullido en el que podemos reconciliarnos con la vida y sus carnalidades. Las tetas de Rita Ora son tetas hechas para ejecutar las mejores cubanas con las que un hombre puede soñar. Mullidas, acogedoras, carnales, cálidas… así son las tetas de Rita Ora.
Nada es etéreo en Rita Ora y nada en ella hace pensar en amores platónicos. Rita Ora es el polvo apresurado en el granero, en el almacén, en el coche, en un rincón de la escalera de vecinos, en el ascensor, en el parque… Rita Ora es la boca que nos engulle la masculinidad en un probador de El Corte Inglés intentando vaciarnos de nuestro exceso de deseo.
Rita Ora es la joven que quiere disfrutar de todos y cada uno de los minutos de una juventud que vuela y que nunca le hace ascos al sexo porque quiere aprenderlo todo y practicarlo todo cuanto antes: el sexo oral, el sexo anal, el sentir cómo la boca se le llena de semen, el desempeñar la función que, en toda relación sexual, se ha asociado tradicionalmente al hombre, el experimentar con mil y un juguetes eróticos, el gozar de la compañía de otra mujer, el embriagarse con el licor que ésta pueda guardar entre sus piernas para ella…
Rita Ora quiere probarlo todo. En cierto modo, Rita Ora es la metáfora de una juventud que quiere comerse la vida a dentelladas. Imaginar a Rita Ora follando nos hace pensar en un sexo desenfrenado y sin tabúes, un sexo desbocado que, lejos de adormecerse en rituales tántricos, se lanza en vuelo rasante en busca de un orgasmo que siempre tendrá un algo de persecución obsesiva. Las caderas de Rita Ora follando deben moverse al ritmo machacón e implacable de una de sus canciones y deben llevarte de manera expeditiva e imparable a un estallido de placer que debe tener, más que nunca, un algo de liberación.
Te dejamos aquí unas fotos hot de Rita Ora para que, como nosotros, podáis echar a volar vuestra imaginación y haceros una idea de cómo debe ser Rita Ora desnuda y follando.