Un fotógrafo en el Chelsea Hotel
Si a un fotógrafo puede aplicársele con absoluta justicia el apodo de “fotógrafo del cuerpo” ése es Robert Mapplethorpe. Nacido en Floral Park, una barriada del distrito de Queens, en Nueva York, en noviembre de 1946, Robert Mapplethorpe nació en el seno de una familia católico-practicante. Se suele hablar del estricto carácter de su padre, de sus firmes convicciones religiosas, de su voluntad de que Bob ingresara como cadete en una institución de tipo militar. Imaginamos el desencanto del padre de Robert Mapplethorpe cuando descubriera que su hijo mostraba un temprano interés por el homoerotismo, el mundo homosexual y, también, las drogas.
Mapplethorpe realizó sus estudios superiores en el Pratt Institute de Brooklyn. Fue ahí, especializándose en la relación entre pintura y escultura, donde Robert Mapplethorpe realizó sus primeras obras de arte inspirándose en la obra de quien era su gran ídolo: Andy Warhol. Cortometrajes y collages realizados con fotografías ajenas y páginas arrancadas de revistas y libros fueron algunas de las primeras obras de Robert Mapplethorpe antes de empezar a realizar sus primeras fotografías. La historia cuenta que fue un amigo quien le regaló la Polaroid con la que Mapplethorpe realizaría sus primeras fotografías. Éstas serían, fundamentalmente, autorretratos, y también fotografías de quien era entonces su íntima amiga/pareja, Patti Smith, la famosa artista y poeta estaodunidense.
Se cuenta que Robert Mapplethorpe y Patti Smith vivieron durante una larga temporada en la habitación 1017 del mítico Hotel Chelsea, el mismo que el recientemente fallecido Leonard Cohen inmortalizó en su tema Chelsea Hotel # 2, y en el que en un momento u otro de su historia se hospedaron escritores, cantantes y músicos de la talla de Mark Twayn, Dylan Thomas, Arthur C. Clarke, Arthur Miller, Allen Ginsberg, Stanley Kubrick, Keith Richards, Janis Joplin (Chelsea Hotel # 2 cuenta, precisamente, la aventura sexual de Joplin y Cohen), John Cale, Henrie Cartier-Bresson, Frida Khalo, Diego Rivera, Bob Dylan…
Las fotografías realizadas durante esta época sirvieron para realizar un tipo de arte multidisciplinar en el que, siguiendo la estela warholiana, se mezclaban diversas artes. Algunas de esas fotografías, además, sirvieron para ilustrar las portadas del Patti Smith Group, el grupo que Patti Smith formó para plasmar sus radicales y novedosas ideas musicales y artísticas.
El papel determinante de Sam Wagstaff
Para que la fotografía de Mapplethorpe diera un salto cualitativo sería necesario que el fotógrafo neoyorquino conociera a una persona fundamental tanto en su vida artística como en su vida sentimental: Sam Wagstaff. Para ello, sin embargo, era necesario que la relación entre Patti Smith y Robert Mapplethorpe se desembarazara de todo tipo de ambigüedades y, de una vez por todas, se ubicara en el territorio de la estricta amistad.
Al parecer, Robert llegó a presentar a sus padres a aquella joven delgada y mística que era Patti Smith y les dijo que se iban a casar. Si algo lo impidió, seguramente, fue la falta de empatía sexual en la cama entre Patti y Bob. Simplemente, no funcionaban. Quizás la experiencia con Patti Smith sirvió para que Robert Mapplethorpe asumiera de una vez por todas su homosexualidad. Fue entonces, cuando Patti se fue con Sam Sephard, que Robert lo hizo con Sam Wagstaff. De él fue amante durante quince años.
Sam Wagstaff fue para Robert Mapplethorpe algo más que su amante. Fue su mentor. Fue él quien le enseñó muchas de las cosas que le sirvieron para convertirse en el artista en que finalmente se convirtió. Fue él quien le dijo claramente que, si quería ser fotógrafo, debía conocer la obra de otros fotógrafos como Horst, Witkin, Weston o Genthe. Fue él quien financió sus primeras exposiciones. Fue él quien, llegada ya la década de los 80, le compró un estudio-vivienda para que Mapplethorpe, convertido ya en una estrella de la fotografía, se desplazara desde el número 24 de Bond Street hasta un maravilloso loft ubicado en la última planta de un edificio que, ubicado en la misma calle que el Hotel Chelsea, se halla a tiro de piedra del célebre edificio Flatiron y de Madison Square.
La carnalidad hecha imagen
Fue llegada la década de los setenta cuando Robert Mapplethorpe decidió que la fotografía sería, a partir de entonces, su único medio de expresión. Con una Hasselblad de tamaño medio, Robert Mapplethorpe consiguió adquirir un exquisito dominio técnico y, apoyándose en él, comenzó a realizar las primeras fotografías que iban a marcar su camino estilístico y la temática de su obra.
Robert Mapplethorpe, sirviéndose del blanco y negro, buscando siempre el equilibrio compositivo, trabajando cuidadosamente las gradaciones de las luces y las sombras y cuidando al máximo, como si de un artesano se tratara, las texturas, compuso una obra personalísima y excepcional, llena de carnalidad, una obra repleta de alusiones a la homosexualidad y al sadomasoquismo.
Mapplethorpe realizó también fotografías de mujeres. Entre todas ellas destacaron, especialmente, las que realizó Lisa Lyon. El poderoso físico de la que está considerada la primera culturista de la historia atrajo la atención del fotógrafo estadounidense, que convirtió a Lisa Lyon en protagonista de muchas fotografías tanto tomadas en interiores como en exteriores. Con una pitón sobre su cuerpo, con el cuerpo cubierto de cuero, seda o arcilla o vestida de arquera, pitonisa, boxeadora, corista, etc., Lisa Lyon ha quedado inmortalizada para la eternidad gracias al genio fotográfico de Mapplethorpe.
No hace falta decir que, dada la temática principal de la obra fotográfica de Robert Mapplethorpe (que también realizó maravillosas fotografías de flores y bodegones), ésta estuvo siempre acompañada de la polémica. En cierto modo, Mapplethorpe intentaba provocar con sus imágenes, impactar. Como los poetas simbolistas y decadentes franceses, Mapplethorpe quería épater les bougeois, es decir, impactar en todas aquellas personas para quienes todas las relaciones sexuales que fueran más allá del sexo tradicional y vainilla eran concebidas como algo cercano a la aberración y a la pornografía.
Robert Mapplethorpe fotografiaba a artistas, compositores y vips varios, (revistas prestigiosas como Vogue o Vanity Fair reclamaron sus servicios para fotografiar a algunos famosos y en sus fotografías aparecen personajes como Andy Warhol, Iggy Pop, Grace Jones, Brooke Shields, Richard Gere, James Franco, Donald Sutherland, Truman Capote, Sigourney Weaver o Kathleen Turner) pero también a actores pornográficos y a miembros de la sociedad sadomasoquista más underground de la Gran Manzana.
En las fotografías de Robert Mapplethorpe podemos encontrar imágenes de prácticas de coprofagia, fisting y de todo tipo de prácticas homosexuales-sadomasoquistas. Los penes, flácidos o en erección, abundan en la obra de Mapplethorpe, que no duda en combinar en muchas fotografías ese exhibicionismo desacomplejado y crudo con una composición postural eminentemente clásica. Muchos modelos de Mapplethorpe, masculinos o femeninos, recuerdan, por su postura, a esculturas de la Grecia y la Roma clásicas. Posiblemente es eso lo que da a la obra de Robert Mapplethorpe en muchas ocasiones un aura de intemporalidad, de duración más allá de las modas y las tendencias.
Robert Mapplethorpe falleció en Boston, víctima del SIDA, el 9 de marzo de 1989, poco más de dos años después que Sam Wagstaff, que había muerto en Nueva York el 14 de enero de 1987, también víctima de la “plaga” que, en tres décadas, había de acabar con la vida de al menos 30 millones de personas. Wagstaff lo hizo a la edad de 75 años. Mapplethorpe, a la de 42. Dejaba tras de sí una obra fotográfica que ha sobrevivido al paso de los años y que todavía hoy no deja indiferente a nadie. En este post queremos mostrar alguna pequeña muestra de ella.