Sexo virtual a edades tempranas
Cada vez son más las personas que comparten electrónicamente material sexualmente explícito. A dicha práctica se la conoce con el nombre de sexting. El término sexting nace de la fusión de los términos “sex” y “texting”, y podría definirse como “el envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de teléfonos móviles”.
Hasta ahora, el sexting había sido una cosa fundamentalmente de adultos. Éstos habían encontrado en el sexting una práctica tan sexualmente estimulante como arriesgada. No en vano, poner en circulación una fotografía erótica propia implica perder el control sobre la misma. Después de todo, ¡quién sabe dónde puede acabar una fotografía tomada en un momento de calentón cuando esa fotografía escapa a nuestro control y pasa a formar parte del archivo de imágenes de otra persona!
Pero el sexting ya no es sólo cosa de adultos. El cada vez más temprano acceso de los adolescentes a la tecnología hace que progresivamente sean cada vez más jóvenes las personas que se inician en la práctica del sexting. Según datos proporcionados por el INE, más de la mitad de los niños con 11 años disponen de móvil propio. Que los preadolescentes tengan acceso tan temprano a las nuevas tecnologías incrementa el riesgo de que éstos puedan iniciarse en prácticas de riesgo como el sexting. ¿Quiere eso decir que debe privárseles de tener acceso a la tecnología? No necesariamente. Como suele decirse, la tecnología no es mala por sí misma. Puede serlo según el uso que se haga de ella. Por eso es importante educar a los preadolescentes en el uso adecuado de las nuevas tecnologías. Con ello se puede impedir que puedan caer en la tentación que el sexting implica y eludir así sus múltiples riesgos.
Los riesgos del sexting
De la práctica del sexting se derivan una serie de riesgos potenciales. Para empezar, la trascendencia de lo privado hacia el terreno de lo público implica (o puede implicar) la vulneración de uno de los derechos fundamentales de la persona: el derecho a la intimidad, al honor y a la propia imagen.
En segundo lugar, la práctica del sexting coloca al adolescente en la diana a la que apuntan los depredadores sexuales.
En tercer lugar, la práctica del sexting puede acabar provocando casos de venganza, de abuso o de chantaje económico. No son pocas las adolescentes que han tenido que pasar por un infierno de vergüenza que, en algunos casos (baste citar los nombres de Jessica Logan o de Amanda Todd), han acabado trágicamente con el suicidio de las jóvenes que han tenido que padecer lo que se conoce como ciberbullying a partir de la difusión no consentida de una imagen íntima y erótica.
Diversos estudios realizados por diferentes equipos de psicólogos apuntan cómo el reenvío de imágenes o vídeos sin consentimiento de la persona que los protagoniza puede acabar causando grandes dosis de angustia en los adolescentes. Por otro lado, dicha práctica puede acabar acarreando graves consecuencias legales.
El hecho de que los jóvenes se apunten cada vez a edad más temprana a prácticas como la del sexting no tiene sólo que ver con el cada vez más temprano acceso de los mismos a las nuevas tecnologías. A la hora de analizar por qué cada vez son más jóvenes los practicantes del sexting no hay que olvidar la hipersexualización de la sociedad. Los medios de comunicación y la publicidad, apuntan los expertos, tienen mucho que ver en ello. También los youtubers y los instagramers. Los mensajes relacionados con el sexo o con lo sexual son cada vez más numerosos y eso, a la corta o a la larga, acaba dejando su huella. Dicho de otro modo: la hipersexualización de la sociedad acaba creando una generación de jóvenes que acaban interiorizando unos patrones de comportamiento no siempre adecuados en lo tocante al sexo.
Hay asociaciones que han decidido dar un paso adelante para hacer frente a los riesgos que el sexting plantea a los preadolescentes y adolescentes y que tienen como objetivo fundamental el crear una ciudadanía responsable digitalmente hablando. Entre dichas asociaciones y plataformas podemos destacar Pensarantesdesextear.mx, Sextingseguro.com o Respetoimagesintimas.com.
En esas webs se pueden encontrar consejos y directrices enfocadas a impedir que la práctica del sexting se pueda acabar convirtiendo en una pesadilla.